Estamos convencidos
de que en el marco del sistema capitalista no es posible hallar soluciones a la
crisis climática. Los Estados toman acuerdos en las conferencias
internacionales para luego hacer exactamente lo contrario en sus países. Entre
su obligación de proteger derechos y salvaguardar la vida y servir a los
intereses de las corporaciones multinacionales, optan por lo segundo.
En la Cumbre de
la Tierra Río’92, 178 países aprobaron la Agenda 21, un conjunto de medidas a
aplicarse en todos los ámbitos en los que los seres humanos afectan a la Madre
Tierra. Veinte años después, los Estados, antes de tomar nuevos acuerdos, deben
evaluar autocríticamente cuánto se ha cumplido de la Agenda 21.
Ahora, en
Río+20, retoman el tema del desarrollo sostenible e introducen el de economía
verde. La agenda está marcada por los negocios y se orienta a la
mercantilización de la Madre Tierra, solo busca fortalecer el capitalismo.
Pretenden imponernos un pensamiento único, cuando hoy más que nunca es
indispensable incorporar todos los pensamientos, todas las cosmovisiones y
todas las culturas al debate y la construcción de propuestas.
En las cumbres
de desarrollo sostenible y las conferencias de partes de la Convención Marco de
Naciones Unidas los países ricos eluden su responsabilidad, se niegan a
modificar sus patrones de consumo, a reducir sus voluminosas emisiones de gases
de efecto invernadero y solo acuerdan falsas soluciones basadas en los
mecanismos de mercado.
Los Estados
andinos carecen de políticas públicas para la protección de los glaciares, los
páramos, el agua y la biodiversidad andina. Esto es producto de la presión de
las corporaciones multinacionales que imponen las políticas económicas
extractivistas que los gobiernos implementan. La minería se instala en nuestras
cabeceras de cuenca, acaparando y destruyendo nuestras fuentes de agua.
Para facilitar
el saqueo de los bienes naturales por las actividades extractivas, los Estados
acuerdan megaproyectos como los de la Iniciativa para la Integración de la
Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) y firman con los países
industrializados tratados de libre comercio que impactan sobre los derechos de
los pueblos y sobre la naturaleza. Las protestas ante estos atropellos son
respondidas con la criminalización y con la militarización de los territorios.
Los pueblos
indígenas andinos proponemos:
Pilar cultural:
Reconocimiento de la cultura como cuarto pilar del desarrollo sostenible. No
como folclor sino como el reconocimiento de una propuesta civilizadora
emancipadora. La diversidad natural y la diversidad cultural están ligadas y
deben ser igualmente protegidas. Demandamos a los Estados políticas públicas
interculturales en salud, educación, justicia y todos los campos de la
actividad humana.
Estándares de
derechos: La Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración de
la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT,
la jurisprudencia de los organismos internacionales y el Convenio sobre la
Diversidad Biológica deben ser incorporados como estándares de derechos para la
implementación del desarrollo sostenible. El consentimiento previo, libre e
informado debe ser el estándar aplicable en todo lo que afecte a los pueblos
indígenas.
Derechos de la
Madre Tierra: La adopción por las Naciones de una Declaración Universal de
Derechos de la Madre Tierra. Esto debe ser vinculado a la creación de un
Tribunal Internacional de Justicia Climática que sancione las violaciones a los
Derechos de la Madre Tierra por parte de los Estados y las corporaciones
multinacionales, que deben reconocer y pagar su deuda histórica con los pueblos
y con la naturaleza.
Participación
plena: Garantizar la participación plena y efectiva de todas las organizaciones
de la sociedad civil y entre ellas la de los pueblos indígenas, en todos los
espacios (nacionales, regionales y globales) de debate de planes, programas y
proyectos relacionados con el cambio climático, el desarrollo sostenible y la
economía. Implementación del derecho a la comunicación de los pueblos indígenas,
con sus propios espacios y herramientas y la concesión de espacios
radiofónicos, televisivos y en todos los medios de comunicación.
Agua,
biodiversidad y minería: Reconocimiento de la gestión tradicional de los
pueblos indígenas de las cabeceras de cuencas, bosques, glaciares, páramos,
zonas de alta biodiversidad. Medidas efectivas para la conservación de estas
zonas, declarando su intangibilidad para las actividades extractivas y
entregándolos en custodia a los pueblos indígenas, que hemos sabido cuidarlos
durante miles de años. Moratoria y regulación real a las actividades mineras en
territorios indígenas, por ser fuente de enormes impactos.
Conocimientos
tradicionales: Efectivo reconocimiento y real protección de los conocimientos
ancestrales de los pueblos indígenas y sus sitios sagrados. Estos saberes deben
contar con salvaguardas y no pueden ser violentados por ningún acuerdo
normativo de protección de la propiedad intelectual a favor de empresas
privadas. Incorporación de los conocimientos ancestrales en el sistema
educativo.
Diversidad de
economías: Reconocimiento de los diversos modelos económicos, locales y
comunales y no de una sola economía verde. Orientar las economías hacia la
satisfacción de las necesidades de todos y todas, no hacia el híper-consumismo,
la acumulación individual y el enriquecimiento ilimitado de las corporaciones
multinacionales. Frente a la competencia, planteamos la reciprocidad y la
complementariedad.
Mujeres
indígenas: Incorporar la visión y participación de las mujeres indígenas en
todos los espacios de discusión sobre pueblos indígenas. Reconocer a las
mujeres indígenas como dadoras de vida y transmisoras de los conocimientos
ancestrales, así como ejes fundamentales para el mantenimiento de la soberanía
alimentaria de los pueblos indígenas y del mundo. Hacer explícitos los efectos
del cambio climático para las mujeres indígenas y acordar medidas para afrontar
estos problemas. Garantizar a las mujeres indígenas el derecho al acceso a los
territorios para asegurar la supervivencia de los pueblos.
Junio del 2012,
Coordinadora
Andina de Organizaciones Indígenas – CAOI
Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador - ECUARUNARI
Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC
Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería – CONACAMI
Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu - CONAMAQ
Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador - ECUARUNARI
Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC
Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería – CONACAMI
Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu - CONAMAQ
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